Los 4 pasos esenciales para traducir con calidad
Consejos básicos para el traductor1) Leer y entender.
Saber de qué va nuestro texto de origen. No tiene que ser una lectura integral, pero sí es importante asegurarnos que el tema lo entendemos bien. ¿Necesitaremos apoyarnos de algún diccionario especializado o llevar a cabo un poco de investigación? En la práctica, no es posible saber perfectamente sobre todos los temas; si el texto es, por ejemplo, sobre nebulosas planetarias, quizás conozcas algún astrónomo por ahí para preguntarle algunas dudas que puedan surgir. Trata de hacerle preguntas breves y, de preferencia, todas juntas, pues no se trata de “poner a trabajar” a tus conocidos.
Aquí es importante mencionar el tema de confidencialidad, ya que la mayoría de trabajos de traducción son confidenciales. Por ello, en las preguntas que podamos formular a cualquier persona hay que evitar dar mucha información sobre nombres de personas, marcas o algún dato que pudiese ser privado.
Calcula tus tiempos de trabajo.
¿Me dará tiempo de hacer bien esta traducción, aunque ya tengo otra más? Muy bien, ya que estás seguro que podrás cumplir con la entrega, que te familiarizaste con el texto de origen y te sientas seguro que su traducción no te hará pasarla mal, puedes seguir adelante.
Crea tu ambiente.
Hay que estar muy concentrados. Por ejemplo, yo me concentro mucho cuando traduzco escuchando música, aunque hay gente que esto no le funciona. Silencia tu celular y desconéctate de tu mundo social. Es fundamental que estés cómodo y en un espacio donde te sientas con ganas de trabajar. Invierte en una buena silla y en una buena computadora: nuestras herramientas de trabajo.
2) Traducir.
Es como el primer día de clases en que sentías cosquillas en el estómago. Es posible que llegaras a la puerta del salón y tuvieras que ver en dónde te sentarás y a quién te acercarás. Puede ser que la traducción de los primeros párrafos sea un poco lenta, pero al quinto o sexto párrafo fluirá mejor y así sucesivamente hasta que te adueñes completamente del teclado y traduzcas como pez en el agua. Traduce ideas completas y no palabras sueltas. Ten mucho cuidado con la literalidad, los calcos y los falsos amigos. En los siguientes artículos te hablaré más a profundidad de esto. Si a propósito cambias de lugar algunas ideas no está nada mal; muchas veces la sintaxis tiene que cambiar para lograr un resultado más natural. Eso sí, cuidado con saltarte ideas importantes.
Selecciona bien tus fuentes.
No te fíes de todo lo que leas en Internet; si tienes que investigar busca referencias en sitios web serios. Aquí se vale marcar muy bien aquellas frases cuya traducción no nos convenza al 100 %. Traduce lo más fluidamente posible y las dudas déjalas para el siguiente paso. Con traducir “fluidamente” no me refiero que lo hagas al aventón; hazlo con el debido cuidado y siempre con la premisa de que esta puede ser la traducción más importante de tu vida.
Despéjate.
No lo vas a creer, antes de empezar con el siguiente paso te recomiendo que te desconectes totalmente de tu trabajo algunos minutos o incluso un par de horas. Vete a hacer ejercicio, toca algún instrumento musical o sal de tu lugar de trabajo. Por lo general, los traductores somos una especie humana en reclusión, así que un poco de vida social nos cae muy bien. Verás que cuando regreses para el siguiente paso tu perspectiva será un poco distinta.
3) Cotejar.
Después de haberte desconectado un poco y haber regresado a tu silla cómoda de trabajo, es el momento para cotejar tu creación. Aquí es donde también vamos creando habilidades para poder llevar a cabo revisiones de otros traductores. Es como despertar un sexto sentido y poder leer dos idiomas al mismo tiempo; como si un ojo estuviera centrado en el texto de origen y el otro ojo en el texto meta. Asegúrate que no te estás saltando nada y ahora sí resuelve totalmente las dudas que marcaste en el paso anterior.
Escoge tus herramientas.
Procura siempre usar alguna herramienta CAT (computer-assisted translation), ya que —entre muchas otras ventajas— facilitan la visualización de ambos idiomas y minimizan la posibilidad de cometer errores por no visualizar bien el original. Asimismo, es esencial tener habilitada la función de ortografía y gramática de subrayado de palabras que podrían tener algún error ortográfico o gramatical. No pierdas de vista el texto de origen. Como en el segundo paso, trata de tomarte algunos minutos para dar el siguiente y último paso. Eso sí, ya no te tomes tanto tiempo, no vaya a ser que el tiempo límite de entrega esté muy próximo.
4) Leer como un libro.
Después de haberte dado un respiro del paso anterior, ha llegado el momento de sacar tu platillo del horno. Lee únicamente la traducción y deja de lado el texto original. ¿Cómo suena? El objetivo es que el producto sea como un libro listo para ser publicado. Es el momento en que el traductor tiende a desaparecer —a volverse invisible— y en el que de ti comienza a surgir un reluciente autor que podrá atrapar al lector.
Escúchate con atención.
Sorpréndete de lo bien y natural que suena el texto. Olvídate por unos momentos que es una traducción. Lee tu creación en voz alta. Aunque ecológicamente no es buena opción, trata de imprimir aquellas partes que en los pasos anteriores no te habían convencido o que habías dudado; quizás puedes hacerlo en hoja reciclada. También puedes pasar la traducción a otro dispositivo (celular o tablet). Verás que es increíble la diferencia en la lectura.
Revisa a mano.
No solo te asegures de que tienes habilitada la función de ortografía y gramática con subrayado de palabras, también te aconsejo que hagas esta revisión manualmente palabra por palabra (función “F7” en MS Word). No podrás creer cómo aparecerá uno que otro error tipográfico que había pasado desapercibido con la función de únicamente subrayado. Cuando hagas esta revisión realiza una lectura aleatoria de frases adyacentes.
¡Listo! Ahora que has seguido estos 4 pasos esenciales, envía tu trabajo y confía en que la traducción será de calidad óptima.
Algunos consejos adicionales
Por último, te recomiendo que trates de hacerte el hábito de leer el periódico. El traductor debe de tener una amplia cultura general. Además, leer constantemente hará que escribas y redactes mejor. Por supuesto, si lees algo en Internet procura que sea contenido bien editado pues la idea es aprender, no viciarnos.